Análisis del spot televisivo (Peugeot 206) a partir de los principales conceptos utilizados por la Escuela de Frankfurt, una de las corrientes de la perspectiva crítica de las teorías de la comunicación.
En este spot se nos presenta a un joven de india y un utilitario típico con sabor colonial. Tras observarlo, se suceden varias imágenes en las que el joven coge el coche y lo estrella contra una pared y hace incluso que un elefante se siente encima -esto comienza a generar una incertidumbre que engancha al espectador-. Tras una noche de duro trabajo con el vehículo, el resultado de estas modificaciones toma la apariencia de un PEUGEOT 206. El joven, asombrado con su obra, aparece al final conduciendo el utilitario, de noche, acompañado por sus amigos. Van vestidos al estilo occidental, moviéndose al ritmo de la música Panjabi, muy pendientes de las miradas de la calle. Se establece un sensual cruce de miradas entre una preciosa chica nativa y el joven conductor que parece insinuarle (a ella) que ahora sí está a la altura de su apuesto acompañante de aire occidental. Curiosamente, este ingenioso spot transcurre sin conversación alguna, sin ofrecer cualidades del producto, ni slogan… tan sólo aparece la marca al final.
Se crea lo que denominamos pensamiento único, es decir, que los medios de comunicación lanzan mensajes, aparentemente distintos, pero sin embargo intercambiables la mayoría de las veces.
Análisis:
Observando lo mostrado en las imágenes, se hace patente el proceso de industria de la cultura. Los medios de comunicación encubren todas las disonancias sociales, como la pobreza, las diferencias propias de la religión y la cultura, que hacen que la India y Occidente sean tan diferentes. Sin embargo, se nos hace ver que ellos quieren tener lo mismo que nosotros, o más aún, quieren ser como nosotros. Hacen lo posible por llevar una vida más occidental. Esto, por una parte, crea un sentimiento de superioridad de Occidente respecto a los países emergentes, ya que somos el ejemplo a seguir (es el “sueño americano”, extrapolado a todo el mundo occidental). Por otra parte, se provoca una homogeneización del público. El joven indio tiene las mismas pretensiones que un europeo: divertirse con sus amigos por la noche, escuchar música moderna y tener un bonito coche. Se mueve al son de la música igual que lo hace un europeo, intenta imitar la forma de vestir occidental y también se intenta comportar como tal.
Mediante la estandarización del lenguaje, a través de unos prototipos (formas de vestir, de moverse, la música, etc.) con diferencias simplemente superficiales se estandariza el nivel cultural y se produce una uniformidad de mensajes para conseguir llegar a más personas. Se crea lo que denominamos pensamiento único, es decir, que los medios de comunicación lanzan mensajes, aparentemente distintos, pero sin embargo intercambiables la mayoría de las veces. De esta forma, se crea una falsa sensación de diferenciación. Si las personas piensan de un modo similar, se hace mucho más fácil conectar con la mayoría, y convencerlas de las mismas cosas.
Se puede identificar la espectacularización y trivialización. No se fija en el motor, o en el uso que le debe dar el coche, que es el motivo por el que se necesita. Quizá ni siquiera sea una necesidad real, pero la posesión del vehículo proyecta la sensación de estatus social. Se confunde lo interesante con lo importante.
Se da una situación clarísima de fetichismo al final del spot. Es en ese momento, cuando el chico va con sus amigos dentro del coche, donde están las claves para el análisis de este spot. El chico ha idolatrado el coche, que sólo ha visto en la página de una revista (no tiene dinero para comprarse uno, ni vive en lugares en los que este tipo de coches se vean a menudo). Cree que si tiene un coche “occidental”, tendrá más éxito: las chicas le prestarán más atención, será más moderno, sus amigos le apreciarán más… Ha idolatrado el coche de tal forma que su vida gira entorno a conseguirlo, sea como sea (la forma de conseguirlo puede hacer referencia a la gestión del miedo por el contenido violento que utiliza el protagonista al estrellar el vehiculo en las paredes, ante la expectación del público presente).
También existe mercantilización de las relaciones sociales, ya que el joven piensa que él va a ser algo cuando posea el PEUGEOT 206. Es más importante lo que se tiene que lo que se es, es decir, aparentar. Está muy influenciado por la publicidad, que le incita a consumir para ser. La publicidad está enfocada como un referente del mundo que queremos conseguir, algo perfecto donde todo el mundo es feliz, aunque en realidad, no es más que un mecanismo para asegurar la perpetuidad de la sociedad de consumo.
A decir verdad, parece que estos días he llegado a sentir ganas de poseer el vehículo, y no precisamente por su valor de uso. ¡Qué cosas!
Mario Nohales Graduado en Comunicación por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
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